Libertad de expresión: Construcción de Sociedades
La
libertad de expresión es uno de nuestros más valiosos derechos de las
libertades públicas de México y el mundo. Constituye la base de todas
las demás libertades y es el fundamento de la dignidad humana. La
existencia de medios de comunicaciones libres, pluralistas e
independientes es esencial para poder ejercer ese derecho. Y eso
constituye sin lugar a dudas de una contribución indispensable para la
construcción de sociedades más firmes, más saludables socialmente, más
pacíficas y evidentemente con mayor progreso.
Proclamado oficialmente durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, este año de 2013, el Día Mundial de la Libertad de Prensa celebra su 20 aniversario. Una
prensa libre proporciona el acceso a la información que las personas
necesitan para adoptar decisiones críticas sobre su vida. Obliga a los
dirigentes y políticos a rendir cuentas claras, revela la corrupción y
promueve la transparencia en la adopción de decisiones. Es un
instrumento para la concientización, y ofrece un cauce a distintas
voces, especialmente a aquellas que de otra manera no se harían oír.
La
Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha instruido a los países del
mundo el apoyo total en favor de la seguridad de los periodistas. Por
eso la buena noticia de apenas hace días que de ahora en adelante ante
el visto bueno de la Cámara de Diputados se aprobó con 451 votos a
favor, cero en contra y una abstención para que el gobierno de México, a
través del Ministerio Público Federal, sean atraídos los delitos del
fuero común contra periodistas y medios de comunicación. En el documento
turnado al ejecutivo federal para su promulgación establece que también
los jueces federales tendrán competencia para juzgar estos delitos.
“Acallar
y silenciar” la libertad pública del ejercicio de expresión y difusión
hacia los ciudadanos, aparte de ofender, también afecta los mecanismos
democráticos que promueven las autoridades de todos los niveles. Siempre
las libertades públicas requieren un fortalecimiento que impida
retrocesos dañinos para la convivencia nacional. Nunca eliminados como
hierba envenenada por y con el autoritarismo, la complicidad oficial, el
gravísimo fantasma de la corrupción y la componenda fácil.
Por
eso adquiere relevancia que el pasado 25 de Abril en el 150 aniversario
del natalicio del héroe civil por excelencia, Belisario Domínguez, el
gobernador Manuel Velasco Coello, aseguró que al evocar la personalidad
ejemplar del ilustre chiapaneco, se engrandecen los valores cívicos y
morales como chiapanecos. Dijo que con el poderoso ejemplo de su
heroísmo civil y con su guía, se está luchando con todo para fortalecer y
darle a las instituciones públicas el nivel y el respeto que merecen.
Reconoció que Belisario Domínguez es el chiapaneco de la libertad de
expresión.
Por
eso hoy desde esta tribuna, hacemos votos porque en nuestra entidad se
le dé un valor agregado a esta figura insigne de la libertad como
Belisario Domínguez, al legislar en Chiapas en favor de una Ley de
fomento a la actividad periodística. Hace apenas unos días también el
Congreso del Estado de San Luis Potosí, aprobó la Ley de protección al
ejercicio del periodista y mucho ante lo han hecho el Estado de Guerrero
y Campeche y ya viene la de Jalisco y Nuevo León. Por eso el mejor
tributo que Chiapas se le pueda brindar al chiapaneco de la libertad, es
crear una ley en favor del periodista de Chiapas, en su seguridad
humana y social. ¡Sería el mejor homenaje al paisano Belisario
Domínguez!.
Riñe
con la historia que Chiapas siendo la tierra del libertador civil, no
haya hasta ahora una ley de fomento a la actividad periodística. Por el
contrario, las historias han sido amargas y atormentadas porque lejos de
enaltecer el valor de la libertad de expresión en Chiapas, nos siguen
recentando leyes pero contrarias al andamio periodístico, como la “Ley
Mordaza” que llevó a la persecución, cárcel y hasta el rebote de muerte a
editores y periodistas chiapanecos. En Chiapas y en México, ya no se
puede aceptar leyes draconianas y menos con la treta del disfraz que
vayan en perjuicio de la libertad de expresión.
Tal
pareciera que cuando se agrade a la libertad de prensa desde el
ejercicio del poder, es que se está ocultando algo que atenta contra la
dignidad del pueblo, que muchas de las veces va enfocada a la corrupción
oficial; por eso los embates grotescos para pretender silenciar bajo la
rúbrica de “atormentar la libertad de expresión”. Chiapas ya no da más,
el saqueo y pillaje que se ha venido denunciado sistemáticamente en
contra del exgobierno del Sabinato es el resultado de que hay
gobernantes que poco les importa su patria chica. Es increíble como por
esa depredación y ese holocausto financiero que dejó de herencia Juan
Sabines, hoy los chiapanecos nos tienen de cabeza y en el filo de la
navaja, porque una corrupción enfermiza se trasluce en una epidemia que
lacera y daña programas sociales y golpea a los más débiles.
Chiapas
está ávida de sed de justicia. Los chiapanecos queremos cuentas claras
de los manejos de los presupuestos que tiene sumido a Chiapas en el más
espantoso endeudamiento que se tenga memoria desde que decidimos ser por
voluntad propia chiapanecos. Simplemente queremos saber a ¿dónde fueron
a parar nuestros presupuestos propiedad de los chiapanecos?.
Señoras
y señores: El Dios que nos dio la vida, nos dio la libertad al mismo
tiempo. En Chiapas vuela una paloma de paz, pero también al unísono de
la exigencia popular es contundente: Para los saqueadores de Chiapas,
sólo pedimos Justicia, justicia justicia.
Muchas gracias.
